Damaris, en su vieja casa encima de la colina donde a nadie puede molestar, fue a sacar agua del pozo. De pronto un buen hombre intentó ayudarla, eso fue un motivo suficiente para que ella entrara en locura y abusara de el sexualmente sin venir a cuento, con gestos de desesperación por parte de ella, a la hora de chuparla e incluso a la hora de meterse la polla entera por el culo del pobre chico. La próxima vez que este pobre hombre pase por esa casa se lo pensará dos veces.