Cuesta encontrarlas, pero ahí están si sabes buscarlas. Chicas de escasos recursos que o bien acaban de llegar a España o bien no pasan por una buena situación económica, lo sabemos, no somos el adalid de la ética pero es que son las víctimas perfectas. Carolina, una flaca colombiana (creo) es una de ellas: madre de una hija, con poco tiempo y en busca muy activa de trabajo lleva una semana limpiando uno de nuestros apartamentos, después de ese tiempo de tanteo ya teníamos claro que se lo acabaría montando con Jorgito a cambio de un buen puñado de euros. Una llamada avisándole de un viaje a Barcelona y de que iba a estar el hijo del señor en la casa, solo, sin peligro de que nadie los viera fue en anzuelo, los 300 EUROS el señuelo y la polla de Jordi el caramelo. Es mucha tentación para alguien como Kandy. El resto de la historia os la podéis imaginar.
