Una partida tranquila de billar entre dos amigos paraguayos, se convierte en una locura sexual latina cargada de entrega, sumisión y calor tropical y es que no hay peor cosa que mientras te entretienes con un colega jugando con los palos, los agujeros y las bolas…Una profesional del sexo se acerque para entorpecer el transcurso de la partida y acabe comiendo palo paraguayo y saboreando buenas bolas guaraníes poniendo de más sus agujeros húmedos cargados de pasión y tensión. Así son los billares paraguayos.