No os voy a mentir, esto ya lo veía venir. Desde el momento en que Adrian apareció por la puerta de mi casa, con esos abdominales, ese cuerpo y esa cara de chulazo note como a mi madre se le salían los ojos, y es que ya sabéis lo que dice el refrán -de tal palo tal astilla-, yo ya sabía que mi madre iba a mojar bragas con mi nuevo pibonazo. Cualquier hija normal, estrecha de mente, se ruborizaría y escandaizaría ante tal situación, no puedo decir que no las entiendo, pero… a mi es que me puso cachondísima que él se fijara en el cuerpo de mi madre, cuando se vieron ambos se recorrieron con la mirada, incluso note que a mi flamante novio le crecía un bulto en el pantalón en el justo momento del encuentro. Y pasó lo que tenía que pasar, después de la convivencia y sobre todo de un tórrido día en la playa, hicimos honor a nuestra fama y MAMÁ SE FOLLÓ A MI NOVIO, conmigo delante, por supuesto. Por que mamá y yo lo compartimos todo, somos inseparables, ¿y que mejor manera de demostrarlo que GOZAR JUNTAS?. Ufff, que calentón sólo pensarlo
